“'Atadademanos”, surge de la sensación de atadura e incapacidad que a menudo invade mi ser como mujer y artista. Durante quince años, mi identidad fue violentada físicamente, lo cual me llevó a explorar el potencial liberador del cuerpo a través de mi trabajo. Esta performance busca transmitir el dolor asociado a esa sensación, utilizando la visualidad del recuerdo como vehículo hacia la catarsis.

En muchas ocasiones, el sistema y los contextos de control, ya sea en el ámbito familiar, social o a través de los roles de género, generan un síndrome de Estocolmo conocido. Nos encontramos voluntariamente atadas de manos en nombre de lo que nos enseñaron que es el amor. Esta pieza busca cuestionar y visibilizar esta dinámica, invitando al espectador a reflexionar sobre cómo nos dejamos atar y cómo podemos liberarnos.

Esta performance se presenta como una poderosa manifestación artística que busca romper los vínculos invisibles y desafiar las normas impuestas. Mediante la expresión corporal y el uso de elementos simbólicos, busco transmitir la necesidad de emancipación y la urgencia de liberarnos de las cadenas que nos atan.

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En las uñas se puede encontrar un texto de Lynda Nochlin, como la conclusión eventual de la problemática abyecta y de abyección sobre la mujer artista: “El problema no reside en nuestra estrella, nuestras hormonas, nuestros ciclos menstruales o nuestras cavidades internas vacías, sino en las instituciones y la educación, una educación entendida como todo aquello que nos sucede desde el momento en que entramos en este mundo de símbolos, señales y signos llenos de significado” (Lynda Nochlin).